El 11 de abril, Tillerson antes de partir a Moscú desde la ciudad italiana de Lucca, donde participó en una reunión ministerial del G7, llamó a Rusia a dejar de apoyar al presidente sirio, Bashar Asad.
"No lo considero un ultimátum, creo que todos entendieron desde hace mucho que es inútil y contraproducente viajar (a Rusia) con ultimátums", dijo Zajárova citada por la cadena Dozhd.
Según la diplomática, es una práctica común para Washington, "flexionar sus músculos, mostrar los dientes y expresar su carácter antes de conversar".
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"En principio, esta es una de las tácticas del proceso negociador, expresar sus posiciones extremas y luego en las consultas suavizarlas de algún modo para llegar a una fórmula de compromiso", comentó.