El organismo señala que los activistas de Human Rights Watch (HRW) publicaron en febrero de 2017 un informe en el que hacen hincapié en los dudosos "ataques químicos" de Alepo.
Ferrada de Noli, presidente de SWEDHR, subraya que envió el vídeo de los Cascos Blancos a los expertos para que analicen la inyección a uno de los niños y la jeringa que utilizan.
"La jeringa usada para una inyección en el corazón y que fue mostrada en el cuerpo del niño muerto estaba vacía o su contenido nunca se inyectó al niño", concluye el autor del estudio.
El niño pudo morir durante el procedimiento "salvador" mostrado en el vídeo, dice Ferrada, pero nadie afirma, añade, que el personal que aparece en las imágenes haya provocado su muerte.
El organismo sueco indica que ese titular es incorrecto ya que SWEDHR no es una organización médica de Suecia, sino un ente formado por voluntarios médicos e investigadores de los institutos médicos.
SWEDHR subrayó también que nunca acusó a los controvertidos Cascos Blancos del asesinato de niños y siempre ha elegido correctamente el lenguaje que utiliza en sus conclusiones que saca de las imágenes.
Sin embargo paralelamente hacen vídeos en los que maquillan a sus supuestas "víctimas" y les dicen lo que tienen que hablar ante las cámaras.
Además varios periodistas han mostrado fotos en los que se ve a los Cascos Blancos con armas.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al comentar los últimos sucesos en Idlib con sustancias tóxicas, dijo que era imposible fiarse de los Cascos Blancos.
"Esta organización o grupo ha presentado varias veces información no contrastada o distorsionada", señaló.