"La primera parte del juicio, el martes, reveló un escenario favorable para construir una mayoría en el plenario y liquidar el caso, en vez de buscar artificios jurídicos que alarguen el proceso indefinidamente", explicaron al periódico fuentes del entorno del presidente.
La formación que perdió esas elecciones, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) los acusó de abuso de poder por haber financiado parte de la campaña de forma ilegal, con recursos de la trama corrupta de la estatal Petrobras, entre otras cosas.
Esta era la principal preocupación de las defensas de Temer y de Rousseff hasta que estalló el caso Odebrecht y los directivos de esta compañía fueron informando a la Justicia que aportaron dinero irregular a la campaña, acusaciones que el TSE incluyó en el proceso a pesar de que fueron posteriores.
Anteriormente, el magistrado del TSE encargado del caso, Herman Benjamin, dio a los abogados de la presidenta suspendida y del actual mandatario, cinco días para presentar alegaciones —el periodo inicial era de dos— y reabrió la fase de presentación de testigos.
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Si finalmente el TSE considera culpables a Temer y a Rousseff, el actual presidente dejará el cargo y el Congreso Nacional elegirá a su sustituto, mientras que la líder izquierdista perderá sus derechos políticos y no podrá presentarse a elecciones para ocupar un cargo público.