"(El cierre) está motivado por el historial de las empresas", dijo en rueda de prensa el secretario ejecutivo del Ministerio de Agricultura Eumar Novacki, sin dar más detalles.
Según la Policía Federal, las dos unidades de Peccin fueron investigadas por utilizar carne en mal estado en salchichas y por el uso de aditivos por encima de los límites permitidos, entre otras irregularidades.
La empresa Central de Carnes era investigada por corrupción y por inyectar agua en exceso en la carne de pollo para aumentar su peso de forma artificial.
Además de anunciar el cierre de estas tres plantas el Ministerio también presentó este jueves los resultados de los análisis realizados en muestras de carnes de las 21 unidades frigoríficas sospechosas.
El secretario del Ministerio se refirió así a las irregularidades que no ponen en riesgo la salud, como el exceso de almidón en salchichas y de agua en pollos o la presencia de ácido sórbico (un conservante) en perros calientes, lo que está prohibido.
Según el representante del Gobierno estos productos ya fueron retirados de la venta y fueron destruidos: "Pero lo más importante es decir que el Ministerio no recibió ninguna notificación de problemas de salud [causados por carne contaminada]", aseveró en la rueda de prensa.
Tras la publicación de los detalles de las irregularidades diversos países anunciaron por precaución vetos a la importación de carne brasileña, uno de los pilares de la economía de Brasil.
Lea más: "Todos en la misma bolsa" en el escándalo por carne adulterada en Brasil