"Temo que Líbano ya no pueda ni vaya a soportar más las consecuencias de la acogida de 1,5 millones de personas desplazadas en su territorio hasta que se elabore un plan nuevo", dijo el primer ministro al intervenir en la conferencia internacional para apoyar el futuro de Siria.
"Líbano hace una buena labor para la comunidad internacional y creo que se debe invertir en Líbano", subrayó Al Hariri.
Así, recordó que entre 2011 y 2015 Líbano perdió unos 18.000 millones de dólares del PIB, canalizados principalmente a la asistencia humanitaria a los refugiados.
Explicó también que la situación social y económica en su país actualmente se parece a una bomba de acción retardada.
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El primer ministro libanés destacó también dos opciones para el futuro de su país, "un camino de esperanza", que supone inversiones de acuerdo con el plan del Gobierno de Líbano para que los sirios reciban una educación y contribuyan al bienestar de su país, o "un camino de desesperación", según el cual el empeoramiento de la situación económica y de seguridad moverá tanto a los sirios desplazados, como a los libaneses, a buscar una nueva casa.