"Me reuní con el señor (viceministro de Exteriores de Rusia, Guennadi) Gatílov, y le dijimos que no viajamos a Astaná porque los rusos no pudieron cumplir sus promesas; de tal modo, si la situación persiste y el régimen de cese al fuego no se respeta en tierra, esto no favorecerá en nada al proceso político", aseveró.
"Por el bien del futuro del proceso de Astaná los rusos deben dar garantías, fijarlas con acciones y respetar los acuerdos, lo que estimulará a los grupos de la oposición armada a viajar a Astaná", concluyó.
Rusia, junto a Turquía e Irán, es garante de la tregua en Siria, vigente desde finales de diciembre de 2016, y promotores de las negociaciones sirias cuya tercera ronda concluyó a mediados de este mes en la capital de Kazajistán, Astaná.
La ONU elogió el formato de Astaná destacando su aporte a la reanudación de las consultas sirias en Ginebra en febrero pasado, tras una pausa de casi un año.
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Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas como Daesh (autodenominado Estado Islámico) y el Frente al Nusra, ambas prohibidas en Rusia y otros países.
Las hostilidades han causado, según estimaciones de la ONU, entre 300.000 y 400.000 muertos.