"Si se eliminan los anfibios de la naturaleza hay toda una serie de reacciones en cadena que puede afectar al hombre. En Brasil, por ejemplo, ya tenemos casos de aumentos de enfermedades como la fiebre amarilla, transmitidas por mosquitos que son el alimento del sapo. Si no hay sapos, crece el número de mosquitos y la proliferación de enfermedades transmitidas por ellos. Esa relación ya viene siendo observada donde hubo una reducción de la población de anfibios y un aumento en los casos de fiebre amarilla", explicó a Sputnik el biólogo Felipe Toledo.
El misterio entonces va por otro lado. Si bien ahora se sabe que el quítrido fue determinante en la desaparición de los sapos brasileños décadas atrás, resta saber por qué el hongo atacó de forma tan mortal en aquel momento y no en otros si ya estaba presente en la región.
"Todavía estamos intentando descubrir los factores que habrán incidido para que la presencia del quítrido se convirtiera en una amenaza, resultando en la infección generalizada que extinguió al menos 15 especies de anfibios en aquellos años. Es importante saberlo para evitar que suceda nuevamente", recalcó.
De acuerdo con el biólogo, factores como el cambio climático, la polución, el aumento de la temperatura que se empezó a registrar en aquella época, o hasta la aparición de un nuevo linaje del quítrido, son hipótesis de la investigación que seguirá adelante. Los investigadores quieren entender qué convirtió el hongo en una amenaza mortífera en las zonas donde siempre estuvo presente.