"Si no se hace la reforma ahora, habrá que hacerla en tres años, o dentro de siete el país se paralizará", dijo Temer en la apertura de la conferencia de Bank of America Merryl Linch en São Paulo.
Temer consideró que la reforma de la Seguridad Social no puede esperar y aseguró que "hay que aprovechar este momento" porque cuentan con el apoyo del Congreso Nacional.
"Si no hacemos una reestructuración del sistema de pensiones, en 2024 sólo tendremos dinero para pagar a los funcionarios públicos; es preciso tener responsabilidad social y actuar en esa dirección", añadió Temer, quien defendió que de esa manera la economía continuará creciendo.
Esta sería para el mandatario la tercera reforma importante para el país, pues considera que Brasil tiene la oportunidad de romper el ciclo histórico de la crisis.
"Nuestra primera medida fue crear un techo de gastos, que estaba muy mal visto por la población; también aprobamos la reforma de la educación secundaria, que ya llevaba mucho tiempo en discusión", agregó.
El mandatario considera que la responsabilidad fiscal del Gobierno es motivo para que los inversores puedan aumentar su confianza en Brasil.
Así, Temer se mostró optimista con el momento actual y vaticinó que la siguiente fase será la de crecimiento, y con ella aumentará el empleo en el país, auguró.
Según el proyecto de reforma del sistema de pensiones que plantea el Gobierno, la edad de jubilación subirá hasta los 65 años y será igual para hombres y mujeres, lo que algunos sectores consideran discriminatorio.
La reforma afectará tanto a trabajadores del sector privado como del público —de momento sólo estarán exentos los militares— y si el trabajador quiere jubilarse recibiendo la pensión íntegra, tendrá que contribuir al sistema durante 49 años.