La operación, denominada Ratafia, tenía como objetivo contratar a un ingeniero sirio quien iba a llegar a Francia para someterse a una formación adicional en química, en el marco de un acuerdo sobre cooperación científica entre los dos países.
Los agentes galos eran responsables de la operación en París, mientras los agentes del Mosad tenían que llevar a cabo un 'complot', en el marco del cual el ingeniero sirio se dirigiría a Francia para hacer estudios y reclutar a otros en la capital francesa.
Uno de los agentes franceses bajo vigilancia fue visto entrando para cenar en el apartamento del jefe del Mosad en París. Más tarde, este mismo agente informó a sus superiores que iba de vacaciones a Dubái, pero de hecho voló con su familia a Israel en donde acudió a varias reuniones con sus 'homólogos' israelíes sin permiso y sin informar sobre estos encuentros.
Le Monde también publicó detalles de la operación. Así, según el medio, el Mosad logró reclutar al ingeniero sirio quien proporcionó datos sobre el arsenal de armas químicas de Asad.
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El diario francés apuntó que la operación permitió a Israel demostrar que la cooperación científica entre la UE y Siria se estaba utilizando para impulsar el programa de armas químicas de Asad, lo cual llevó a la cancelación del acuerdo con Damasco en 2011.
No obstante, los franceses presentaron una queja formal ante Israel, después de lo cual dos diplomáticos israelíes en París se vieron obligados a abandonar sus puestos y regresar a casa.
En la actualidad, un informe interno solicita que se realice una investigación más profunda para llegar a entender cuál fue el daño hecho a los servicios de inteligentes galos.