La investigación, basada en escuchas telefónicas autorizadas, "no atribuyó responsabilidades por empresa o por planta frigorífica, sino que colocó a todo el mundo en la misma bolsa", explicó al programa 'Contante y Sonante' de Sputnik Gustavo Segré, socio director de la consultora Center Group y profesor en la Universidad Paulista.
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"Esa falta de identificación de cuáles eran los problemas por empresa generó un inconveniente muy serio que deja un aire [tenso] en el ambiente. Si la Policía Federal tiene razón, este tema es muy grave. Pero si no tiene razón también es muy grave porque el daño económico ya está hecho", comentó el entrevistado.
"La Unión Europea está colocando restricciones, China canceló las importaciones de determinadas carnes de Brasil. Lo mismo hizo Corea del Sur, aunque después dio marcha atrás. Se incorporó Chile, ahora México", enumeró Segré.
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Rusia, sin embargo, no ha detenido las importaciones de carne brasileña. El país eslavo realiza auditorías de calidad en las plantas de las que provienen sus compras. El ministro de Agricultura de Brasil, Blairo Maggi, expresó en respuesta a una pregunta de Sputnik en una conferencia de prensa que Brasilia espera "que otros países definan su posición en el mismo sentido que Rusia".
"Cuando hablamos de que el objeto de investigación no es la calidad del producto, sino la conducta de la gente, queremos mostrar al mundo precisamente que nuestros productos son de buena calidad, con trazabilidad de origen, y que podemos, con un alto grado de seguridad, garantizar la calidad de estos productos. La conducta de Rusia es la que esperamos de otros países", contestó el secretario de Estado a la pregunta de Sputnik.
"La hipótesis que manejamos es que se trataba de una investigación en la que no había determinadas pruebas concretas. Esa es otra de las carencias que se le atribuye a la Policía. En estos dos años, realizó solamente dos laudos técnicos de calidad de carne, de dos frigoríficos chiquitos", dijo el experto.
"Si nosotros estamos diciendo que hay carne adulterada, que había cartulina o cartón dentro de una salchicha, que utilizaban carcasas y carne de chancho para hacer chorizos —que teóricamente es ilegal—, que había ácido ascórbico en los embutidos —que según la Policía también es ilícito y la OMS dice que no—, debería haber más laudos técnicos que comprueben esas acusaciones, para actuar en consecuencia", agregó.
"Hubo un poco de desinformación en el contexto de esta acusación a 21 plantas frigoríficas, que puede generar un cambio económico importante para el país en general", acotó.
Para el analista, es difícil que Brasil se baje del primer puesto del podio mundial de venta de carne, aunque "va a tener un impacto muy fuerte en el corto plazo hasta que consiga asegurarle a los compradores internacionales que su calidad está de acuerdo a los patrones internacionales", concluyó.