"Si me preguntan cuál es el daño que espero, a grosso modo, creo que Brasil tendrá una oscilación de mercado del 10%" del "volumen de 15.000 millones de dólares de lo que exportamos por año en carne y derivados", explicó el miércoles el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, en una comisión en el Senado.
Según datos del ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios, Brasil exportó en 2016 un total de 13.490 millones de dólares en carnes a 137 países, lo que supone una cuota del 6,7% en el mercado mundial de este sector.
Países como China, Hong Kong —los principales compradores—, Chile, Egipto, Japón, México, Sudáfrica y Suiza, así como la Unión Europea, anunciaron en los últimos días barreras a la importación de carne procedente de Brasil en diferentes grados.
"Si nos quedamos en eso sería el mejor de los mundos", aseguró.
También admitió que el golpe que supone este escándalo para las exportaciones acabará con los planes de Brasil de llegar al 10% del mercado mundial de carnes en un plazo de cinco años.
"No me puedo imaginar yendo hacia el 10% de participación en el mercado mundial", confesó el ministro, que dijo que el país debería darse por satisfecho si consigue mantener la participación actual, del 6,9 por ciento.
La operación de la policía brasileña denominada "Carne Fraca" ("carne débil", en portugués) reveló que diversas empresas del sector, como JBS y BRF —las más importantes— adulteraban la carne con ácidos en niveles superiores a la normativa e inyectaban agua en pollos para aumentar su peso de forma artificial, entre otras presuntas irregularidades.