"Todos los productos fueron inspeccionados por las autoridades sanitarias uruguayas con el rigor técnico que es habitual", añadió.
El ministro aseveró que "Uruguay suspendió a tres plantas, de las 21 involucradas en el escándalo, que estaban habilitadas a exportar" a este país, según el noticiero Subrayado.
Por tanto, de las seis plantas brasileñas que estaban autorizadas a exportar a Uruguay, apenas tres lo hacían y ninguna de ellas realizó ventas en los últimos dos años.
La policía brasileña destapó un esquema de corrupción que involucra a funcionarios públicos y diversas empresas del sector cárnico, que actuaron de forma conjunta para saltarse las leyes de seguridad alimentaria.
Algunos de los líderes del sector y principales exportadores de Brasil habrían adulterado los alimentos para disimular su mala calidad o aumentar el peso de las carnes de forma artificial, entre otras prácticas prohibidas.