"Teniendo en cuenta los procedimientos de control de calidad del producto entregado, solicitamos la suspensión del consumo durante los próximos 20 días", explicó el gobierno del conservador Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en una circular remitida a los centros educativos.
También explicó que el periodo de suspensión podrá ser alterado si los procedimientos se llevan a cabo en menos tiempo.
La decisión se produce después de que la policía brasileña desvelara el pasado viernes que las principales empresas del sector cárnico están implicadas en un esquema que usaba métodos fraudulentos para disimular la mala calidad de la carne.
La Secretaría de Educación del Gobierno de Sao Paulo informó que a partir de esta semana las escuelas de la red pública dejarán de servir ocho tipos de alimentos, como derivados de carnes bovinas, salchicha de pavo, "hot dogs" y pechugas de pollo.
En su lugar se servirá sardina y atún en lata, huevos, carne de cerdo, legumbres, verdura y frijoles, y a pesar del cambio en el menú, según el gobierno la alimentación de los alumnos no se verá perjudicada.
Desde que saliera a la luz el esquema de la carne fraudulenta varios países exigieron a Brasil más explicaciones para conocer qué plantas y qué empresas están siendo investigadas, ya que por el momento sólo se sabe que líderes del sector, como JBS y BRF, están en el punto de mira.