Son las dos primeras de siete que serán subastadas por la empresa estatal.
Las sondas P-59 y P-60 fueron construidas por un consorcio formado por las empresas Odebrecht, UTC y Queiroz Galvão, que están siendo investigadas dentro de la trama de corrupción Lava-Jato.
El coordinador de la Federación Única de Petroleros (FUP) declaró que "Es absurdo vender dos sondas tan nuevas por ese precio, además no es el momento de vender nada".
Petrobras ha aclarado en nota de prensa que que el precio de partida no representa el precio de las sondas, que serán solamente vendidas en el caso de que los asistentes a la subasta alcancen un precio mínimo estipulado internamente.
Además la Petrobras justifica la subasta por la necesidad de "adecuar su flota a las demandas actuales de la compañía", después de la reducción de inversiones provocada por la caída del precio del petróleo.
Estas sondas petroleras, entregadas a Petrobras en 2013 se apoyan al fondo del mar en tres torres de 145 metros, por lo que sólo pueden ser utilizadas en niveles menores a 106 metros de agua.
Según datos de la empresa Baker Hughes, en la actualidad en Brasil existen 11 sondas de perforación petrolera de pozos marinos en funcionamiento, siete menos que el año anterior. En 2011 este número se elevaba a 50.