Sin embargo, fue la nueva gestión inaugurada por el actual presidente Pedro Parente —nombrado por el presidente Michel Temer (Partido del Movimiento Democrático de Brasil)— la que decidió acabar totalmente con los patrocinios.
En un comunicado la petrolera argumentó "cuestiones presupuestarias" e informó de que está readecuando su cartera de proyectos en base a una revisión de sus programas de patrocinio.
El año en que más gastó en Carnaval, 2014, Petrobras dedicó 22 millones de reales (7,1 millones de dólares) a los desfiles de las escuelas de samba de Río de Janeiro y a los "blocos" (conjuntos) y "tríos elétricos" de Salvador de Bahía.
El corte más destacado fue en 2016, cuando pasó a entregar apenas 2,4 millones de reales (781.000 dólares).
En Salvador de Bahía, el otro gran epicentro del Carnaval en Brasil, la empresa semiestatal invertía siete millones de reales (2,2 millones de dólares).
Fue clave en la revitalización de los conjuntos afro y afoxés, los grupos centrados en rescatar la memoria y la música de herencia africana.
Grupos como Olodum, Ilê Aiyê y Filhos de Gandhy han sido los más perjudicados, ya que pasaron de recibir alrededor de 300.000 reales anuales (97.700 dólares) a cero.