Las autoridades estiman que los robos alcanzarían los 33 millones y medio de reales (10 millones 700 mil dólares).
Según la policía, el grupo criminal instalaba derivaciones ilegales en las tuberías agujereadas, sin necesidad de cortes en el suministro.
Presuntamente los detenidos habrían intervenido los conductos de Transpetro para reventa ilegal en localidades adyacentes a Río de Janeiro como Caxias, Magé y Nova Iguaçú e incluso al lado de la propia ciudad de Río.
Posteriormente, el combustible extraído se llevaba a refinerías ilegales de las regiones de Minas Gerais y São Paulo.
El cabecilla de la trama conocido como "Maninho" se encuentra en busca y captura.
Se le considera responsable de la perforación del oleoducto y de la retirada del combustible.
Además sería el responsable del envío del producto hacia otros estados y de emitir facturas fraudulentas.
Han sido asimismo detenidos Roniery de Oliveira Alves, que establecía las rutas y llevaba a los conductores hasta los lugares de perforación, Adenir Carvalho, que proporcionaba los camiones y Sularman de Oliveira, responsable de las perforaciones en el oleoducto.
Charles Augusto Ponciano y el ya fallecido Maximiliano Calixto Oliveira eran los responsables por el alquiler de los terrenos por donde pasaban los oleoductos y mantenían vigilancia armada en los mismos.
Algunos de los integrantes de la banda tenían antecedentes por robo de combustible en casos anteriores.
"Maninho" tiene antecedentes por intento de homicidio y tortura.
Los detenidos en el marco de esta operación son acusados de participación en organización criminal por el robo de combustible y petróleo crudo.