Este jueves 16 de marzo finalizó la tercera ronda de encuentros diplomáticos en la capital de Kazajistán, Astaná, para abordar la situación en Siria y encontrar caminos para la pacificación de un conflicto que el 15 de marzo cumplió seis años.
Iniciado como un intento por derrocar al presidente Bashar al Asad en tiempos de convulsión generalizada en el mundo árabe, el conflicto se agravó cuando en 2014 Europa y Estados Unidos comenzaron a suministrar armas a la oposición armada y posteriormente a terroristas.
Pero Asad se mantuvo en el poder y solicitó apoyo a Rusia para reducir la capacidad de los yihadistas. Sobre finales de 2016, la influencia de Daesh (grupo proscrito en Rusia) había caído a su mínima expresión, y entonces comenzó la segunda etapa del objetivo: buscar acuerdos entre el gobierno y los distintos grupos de la oposición armada para pacificar el país, redactar una nueva constitución y posteriormente convocar a elecciones.
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"Rusia tiene un peso específico muy grande en la zona, tiene una visión geopolítica muy interesante, mantiene relaciones con el área asiática para permitir el flujo comercial en la zona de tránsito de influencia rusa, como la Ruta de la Seda que EEUU está tratando de complicar para impedir la expansión de China. Por lo tanto Rusia es una especie de mediadora entre este mundo occidental y el mundo medio oriental y medio chino, está teniendo resultados a través de una muy hábil diplomacia y se espera que en Siria se pueda llegar a una pacificación", analizó Rossi.