"Una posible reforma fiscal en Estados Unidos genera incertidumbre global y todos los países comparten la necesidad de reaccionar ante un cambio paradigmático en la materia fiscal", dijo Mede ante la 100 Asamblea General de Socios de la American Chamber de México celebrada el 14 de marzo.
El Gobierno de Trump ha planteado diferentes posibilidades para reformar su marco fiscal, con el propósito imponer aranceles la importaciones a EEUU, reducir los impuestos a los inversionistas y recortar el gasto social, por ejemplo aboliendo el llamado programa "Obamacare" de salud pública, que recortaría millones de seguros sociales.
México observa "la propuesta de reducir la tasa impositiva (a las empresas estadounidenses) o crear un impuesto fronterizo (al comercio con México), cada uno diferentes implicaciones, con una necesidad de respuesta por parte de México y del resto de los países", dijo Meade.
La declaración de Meade va en línea con otros socios de EEUU la canciller alemana Ángela Merkel que ha declarado que "tenemos que enviar mensajes claros a Washington y Londres, y mostrarles que, si ellos bajan sus impuestos, nosotros podemos hacer lo mismo".
La baraja de opciones
Durante el diálogo con los empresarios estadounidenses Meade explicó que, en política fiscal, los países en el mundo solo aplican cuatro gravámenes: el Impuesto Sobre la Renta, el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto sobre Producción y Servicios, y el impuesto al predial.
"No hay más que eso, no hay una mezcla distinta, en general las reformas fiscales que vemos en el mundo tienden a ser reformas que modifican los parámetros de estos cuatro elementos, y en México nuestra gran oportunidad para hacer las cosas mejor es el predial" a los propietarios de bienes inmuebles, adelantó el alto funcionario.
Además, las expectativas de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) "son positivas y la política monetaria en EEUU comienza a normalizarse", dijo Meade a la American Chamber México que agrupa a 1.400 empresas, no obstante que hay discrepancias en la duración de las negociaciones que se lanzarán en el verano de este año.
Asimismo —prosiguió—,"existen señales de mayor crecimiento en el mundo y la captación de inversiones por las reformas estructurales sigue creciendo", dijo poniendo como ejemplo los casi 70.000 millones de dólares que la apertura al sector energético a inversores extranjeros y privados ha traído a México.
Pero mientras el gobierno de Peña Nieto quiere terminar las negociaciones a finales de este año 2017, el secretario de Comercio Wilbur Ross estima que durarán un año más, partir de su inicio, es decir, terminarían en plena elección presidencial de México, en julio de 2018, lo cual ya planteó la primera gran discrepancia de intereses.
Así se entiende mejor la exposición de Meade, al afirmar que "habrá sorpresas favorables para México en materia económica a finales de este año", con la expectativa de cerrar la negociación comercial obligada por Trump
Las empresas de la cámara estadounidense representan cerca del 70% de la Inversión Extranjera Directa (IED) en México, alrededor del 30% de la fuerza laboral, según datos oficiales.
Esas compañías son los protagonistas de un comercio bilateral que se multiplicó 500% en dos décadas, a los 530.000 millones de dólares en 2015, convirtiendo a México en una potencia manufacturera que exporta a EEUU más que toda América Latina junta, con una balanza comercial de 63.000 millones a su favor.
Ross, ha manifestado que la negociación comercial se centrará en la revisión de las reglas de origen y paneles arbitrales, recordó meado: "Ahí debiéramos de ponernos de acuerdo, en algo que resulte en mejor acceso para la región norteamericana, dentro de su competitividad en el mundo".