Tras la sorpresa de cambios en el gabinete para controlar los daños de la vista de Donald Trump, una idea del antecesor Luis Videgaray, arquitecto de las reformas estructurales, que renunció al cargo, Meade anunció su estrategia de controlar el gasto público "apretando el cinturón" para evitar nuevos impuestos y aumento de la deuda.
El nuevo jefe del gabinete económico explicó que "durante un tiempo fue necesario tener déficit pero esa palanca ya no funciona por lo que se tiene que generar certeza en su manejo".
Nuevas cuentas presupuestales
Con un crecimiento económico mediocre durante años de alrededor de 2 por ciento, el aumento del endeudamiento público que ronda el 50 por ciento del PIB "ahora empieza ya a ser necesario que el país mande señales de que puede ir consolidando sus finanzas públicas, que tiene que ir mandando señales de que puede regresar a generar superávit primario", dijo el funcionario al columnista del diario especializado Enrique Quintana.
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En el mundo han pasado dos cosas, explicó. Primero: "una crisis y un entorno complicado en los mercados internacionales que no han terminado de resolverse; en el 2009 la gente pensaba que para el 2010 estaríamos dándole la vuelta; en el 2010 que para el 2011, en el 2011 que para el 2012."
Por esas dos grandes tendencias existe una "complicación de este largo periodo de atonía, en el cual algunos instrumentos que se tenían en el pasado reciente se han venido agotando".
En México y en el mundo hay tres fuentes fundamentales que pueden ayudar a darle dinamismo a la economía: el gasto público, la política monetaria y las reformas estructurales.
"Se nos han venido acabando en México y en el mundo espacios para usar política monetaria y espacios ahora para usar política fiscal", considera el funcionario que retoma los hilos del gabinete económico del gobierno.
México "tiene que mandar señales de que hay convicción y compromiso con una política económica que preserve la estabilidad, el prestigio del buen manejo que ha tenido siempre la economía mexicana", enfatizó.
La diferencia es que este desafío se enfrenta "en un marco de menos espacios, en un marco en donde hay unos gastos ineludibles que han venido creciendo, en donde tenemos que generar ya un superávit", insistió.
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Eso va a implicar un esfuerzo bien importante del gasto público, dijo reforzando la promesa del gobierno de reducir el presupuesto de egresos de 2017 para frenar el endeudamiento y no generar nuevos impuestos.