El mandatario hizo ese pedido al titular del banco central, organismo autónomo del Estado encargado de la política monetaria, "para dar certidumbre a la economía nacional", dijo Sánchez a un pequeño grupo de conductores de noticiarios de televisión, que sostuvieron un encuentro con el mandatario esta tarde.
La renuncia al organismo autónomo del Estado del jefe de la política monetaria sería efectiva a partir del 1 de julio de 2017, pero la prolongación en el cargo cinco meses más hasta noviembre permitiría aliviar la transición y evitar un nuevo elemento de incertidumbre para la economía mexicana.
El cambio en el timón del banco central ocurre cuando el peso mexicano sufre uno de sus peores momentos, tras perder casi el 10% de su valor, y la inflación superó la meta de Banxico, tras la elección de Donald Trump a la presidencia de EEUU en noviembre, en el marco de la inestabilidad de los mercados de divisas generada por el triunfo del candidato republicano.
Pilar contra la inflación
Carstens habría aceptado ya permanecer en el cargo hasta noviembre, confirmaron al diario especializado El Financiero fuentes cercanas a la transición, sin embargo Banxico no hizo ningún anuncio, tampoco Cartstens ni el BIS de Suiza.
Uno de los mayores logros de Cartstens fue bajar la inflación al ritmo más lento en más de cuatro décadas y reducir las tasas de interés a un mínimo histórico.
Su partida ocurre en un año en el que las perspectivas de la economía de México son las peores de los últimos años, ante la determinación de Trump de renegociar o revertir el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), repatriar inversiones e incluso gravar con un impuesto de 20 a 35% a las empresas que exporten a Estados Unidos desde plantas establecidas en México.
La inflación anual fue del 4,72% en enero de 2017, el peor incremento desde septiembre de 2012, y la primera vez en dos años que rebasa la meta de inflación, exacerbada por el aumento a los precios de las gasolinas.
Las economías emergentes como la mexicana están enfrentado "un escenario de gran incertidumbre, en particular debido a las políticas fiscal, comercial y de migración que ha venido contemplando la nueva administración en EEUU", con Trump al frente, según los análisis de Carstens.
Esas políticas del magnate republicano podrían propiciar "un apretamiento de las condiciones financieras internacionales, una disminución del comercio y de la inversión extranjera directa mundiales", advirtió el banco central mexicano al inicio de este mes.
La cotización del peso mexicano —que cerró este lunes en 20,39 pesos por dólar— registró en 2016 una depreciación de casi 20% con respecto al cierre de 2015.
En las últimas semanas el tipo de cambio ante el dólar ha presentado una ligera estabilidad, pero sigue siendo superior a los niveles previos al ascenso de Trump.