En una entrevista con la revista "Veja" Temer aseguró: "El Palacio de la Alvorada tiene un montón de cuadros, unos ocho, todos muy grandes, todo muy amplio, bonito, pero sentí una cosa extraña allí (…) No conseguía dormir desde la primera noche. La energía no era buena. Marcela [su esposa] sintió lo mismo (…) Llegamos a pensar: ¿habrá fantasmas?".
Temer desistió de instalarse definitivamente en el Palacio de la Alvorada a principios de este mes de marzo, menos de dos semanas después de haberse mudado.
Tras la mala experiencia en el palacio presidencial tanto él como su esposa Marcela y su hijo Michelzinho volvieron al Palacio de Jaburu, residencia oficial de la vicepresidencia de la República, donde viven desde 2011.
Al ser preguntada por las palabras de Temer Rousseff, que se encuentra en Portugal, aseguró: "Viví allí y nunca hubo nada de eso, nunca vi ningún fantasma", explicó a Folha de São Paulo la mandataria.
Rousseff vivió en este edificio diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer entre 2011 y septiembre de 2016, cuando tuvo que dejarlo a raíz del "impeachment".
"De hecho mi nieto estuvo allí desde los seis meses a los seis años y tampoco se cayó nunca", añadió, en referencia a las polémicas obras que Temer mandó realizar para preservar la seguridad de su hijo Michelzinho, de siete años.
Rousseff hizo estas declaraciones en Lisboa, donde este miércoles participará en una conferencia sobre neoliberalismo y democracia organizada por la Fundación José Saramago.
La presidenta también criticó ante la prensa que el Tribunal Superior Electoral haya vetado las menciones al senador Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña) en una declaración de un ex directivo de Odebrecht, remarcando que el trato que la justicia da al PT es muy diferente.
Además, descartó participar en un eventual gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en caso de que éste gane las elecciones de 2018: "Tengo 70 años, creo que eso es para gente más joven que yo", aseguró.