"No renuncio a la popularidad; afecta, pero no me incomoda para gobernar, más adelante llegará el reconocimiento", dijo el presidente en un encuentro con periodistas en el Palacio del Planalto.
Temer fue preguntado por la posibilidad de dimitir a raíz de la aparición de su nombre en las confesiones de los directivos de Odebrecht en la Operación Lava Jato y de la posible casación de su mandato por parte del Tribunal Superior Electoral (TSE), que investiga la financiación de la campaña electoral de la candidatura conjunta de Temer y la ex presidente Dilma Rousseff en las elecciones de 2014.
Respecto a este último asunto Temer aseguró que si hay una decisión de TSE de suspender el mandato habrá recursos y más recursos: "¿Renunciar? Honestamente, no he pensado en eso", añadió.
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Sobre las delaciones premiadas de los ejecutivos de Odebrecht Temer lamentó que se vayan filtrando continuamente a la prensa y que se establezca un juicio popular según el cual cada político que es citado es condenado por la opinión pública por participaren la trama corrupta.
"En Brasil se formó la siguiente convicción: si un delator mencionó el nombre de alguien ya está definitivamente condenado", lamentó, aunque añadió que no tiene nada contra la Operación Lava Jato.
En esa maniobra también habría participado el actual ministro de la Casa Civil, Eliseu Padilha, mano derecha de Temer, que seguirá en el cargo "firme y fuerte" porque no es el momento de hacer ninguna reforma ministerial, según avanzó el presidente.