"No tengo ninguna observación a hacer al respecto, en el plano institucional creo que hubo equívocos en la relación", aseguró en declaraciones a Radio Gaúcha.
El que fuera su vicepresidente remarcó que siempre intentó ser respetuoso con la figura de Rousseff y puso como ejemplo una anécdota ocurrida cuando se inició el proceso de "impeachment" y pasó a sustituirla de forma interina en la presidencia.
Temer, no obstante, recriminó a Rousseff que no le escuchara cuando su formación, el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) presentó el documento "Puente para el futuro", que Temer define como una lista de sugerencias para afianzar la gobernabilidad.
"En aquel momento ese documento se tomó como si fuera una cosa de oposición, como si estuviéramos haciendo oposición al Gobierno", lamentó el ahora presidente, que en aquella época ya se lamentaba de no ser tenido en cuenta por Rousseff.
Temer también restó importancia a sus bajos índices de popularidad —el 39% de los brasileños cree que su gestión es "pésima" y solo un 14% la califica de "buena", según una encuesta de Datafolha divulgada esta semana—.
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"No estoy mínimamente preocupado con la popularidad (…) Si al final de la gestión tengo un tres o un 4% de popularidad y los 12 millones de parados me aplauden porque han encontrado un trabajo estaré muy feliz", ejemplificó.
Su partido el PMDB, será investigado en dos piezas diferentes; una referente a los políticos de la Cámara de los Diputados (hay 15 investigados) y otro para los senadores (nueve). Entre ellos están el ex presidente de la Cámara Eduardo Cunha y el actual presidente del Senado, Renan Calheiros.