Las autoridades ya interrogaron a los empleados de varias oficinas colaboradoras de la CIA y, aunque "ninguna persona ha sido detenida", la investigación progresa "de una manera rápida", afirmaron las fuentes al tanto de la situación, citadas por el medio.
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El medio afirma que en los últimos meses surgió una tensión entre ciertos desarrolladores extranjeros y la CIA en cuanto a su empleo oficial y su traslado a EEUU. El servicio de inteligencia, supuestamente, se negó a acomodarlos, aboliendo los puestos existentes.
Así, la filtración hecha pública por Wikileaks podría haber sido un tipo de 'venganza' por parte de algunos de los pocos colaboradores que tenían acceso al servidor del cual, supuestamente, fueron sacados los documentos.
Estas filtraciones revelan la escala del programa de la CIA destinado al hackeo de diferentes productos de compañías estadounidenses como Apple iPhone, Google Android y Microsoft Windows, así como de los televisores producidos por el conglomerado surcoreano Samsung.
Además, los documentos indican que el Consulado de EEUU en Fráncfort del Meno —una entidad diplomática— es, en realidad, el 'centro de hackeo' de la CIA para las regiones de Europa, África y Oriente Próximo.