Los mayores riesgos de baja del crecimiento económico que ha sido "débil" desde 2012, y los desafíos a la estabilización de la deuda pública mexicana —que se elevó en una década de un 20 a 46 por ciento del PIB actual —, "están impulsando la perspectiva negativa de la calificación soberana del país", dijo en su informe la calificadora con sede en Nueva York.
La carga de la deuda del gobierno federal de México de 2016, estimada en 46 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), "es más alta que la mediana de la categoría BBB —donde se sitúa México-, que es de alrededor de 40 por ciento, por lo que ejerce presión adicional sobre el perfil crediticio" del país latinoamericano, dice el informe.
El crecimiento de México de los últimos cinco años, de un promedio 2,5 por ciento, "es más débil que la mediana de la categoría BBB de 3,1 por ciento", de los países en esa categoría, compara Fitch.
Este fenómeno podría continuar en los años 2017 y 2018, si la inversión extranjera en México se viera afectada por la mayor incertidumbre económica, amenazada por las políticas comerciales del nuevo gobierno de EEUU.
"La mayor incertidumbre económica como resultado de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, quien ha aludido a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con México e imponer controles de inmigración más estrictos, podría mermar la demanda interna mexicana en el corto plazo", añade el balance financiero.
En diciembre de 2016 Fitch revisó la proyección de la calificación soberana en moneda extranjera y moneda local de México de "estable" a una "perspectiva negativa".
La volatilidad del precio de los activos en México ha aumentado después de las elecciones de EEUU, "pero no se sabrá la magnitud de las potenciales ramificaciones de las políticas estadounidenses sobre México hasta que se den a conocer más detalles sobre el alcance y contenido de los cambios que se realizarán en términos de comercio exterior y asuntos de inmigración", puntualiza Fitch.