México tiene comprometida la tercera parte de su deuda externa con los organismos financieros internacionales (29 por ciento), ocupa el primer lugar de deudores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y es el segundo lugar entre los deudores del Banco Mundial, de acuerdo con el avance de un estudio de expertos encabezados por la investigadora.
"Desde hace cinco años emprendimos el proyecto de transparencia y rendición de cuentas sobre los créditos que negocia México con los organismos internacionales", en particular del BM y el BID, explica la responsable del área de Transparencia y Rendición de Cuentas del organismo independiente, integrado por un grupo de cinco especialistas.
Uno de los principales hallazgos ha sido comprobar que México incumple con los estándares de transparencia nacionales internacionales y que los propios organismos prestamistas también tiene falencias de opacidad, aunque en menor grado.
"Los créditos del sector público se deben dedicar a proyectos de desarrollo del país, etiquetados para programas políticas públicas o proyectos, concretos", con base en criterios de los organismos financieros internacionales en el ejercicio de sus préstamos, explica.
El grueso de la política de transparencia de los préstamos internacionales entró en vigor entre 2010 y 2011, con base en enfoque de divulgación de información de manera proactiva.
"Revisamos las bases de datos de los bancos a partir de sus políticas desde esos años, los documentos de preparación de proyectos, porcentajes que aporta el país o donaciones" de los organismos, dijo la experta, posgraduada en Ciencia de la Sustentabilidad por la Universidad de Lund de Suecia, país conocido por el modelo de transparencia.
Vigilancia con lupa
Para evaluar el cumplimiento de los requisitos de transparencia los investigadores eligieron una muestra de 29 préstamos del Banco Mundial entre 2010 y 2013, otros 14 créditos del BM, y 15 del BID posteriores.
Los investigadores realizaron 220 de solicitudes de información, 28 de ellas al BM, 45 al BID, y 147 pedidos al gobierno de México.
"La repuesta del gobierno remitió en un 50 por ciento a la página de internet los bancos, pero el resultado fue que el documento no estaba en el sitio web", revela la investigadora.
En cuanto a los prestamos con el BM: el gobierno dijo que la información era inexistente en un 33 por ciento de los casos, en el 11 por ciento dijo que estaba en fase de implementación, y finalmente solo entregaron 1,2 por ciento de la información completa solicitada.
Para la información de los créditos del BID, el gobierno remitió en el 53 por ciento a la página del banco, —pero Fundar descubrió que no estaba-, en el 15 por ciento dio que era inexistente, en el 5 que los proyectos están en implementación, y finalmente solo entregó el 4 por ciento.
El Banco Mundial, por su parte, incumplió los plazos de su propia normativa de transparencia de 20 días hábiles para responder: se demoró hasta 69 días hábiles, y en un caso se tardó hasta 80 días hábiles.
El BM no entregó un 3 por ciento de la información, el 53 por ciento de los documentos estaban en inglés, lo cual excluye a un amplio sector de la población mexicana beneficiaria de los créditos, prosigue el balance de la pesquisa.
Finalmente, el BID no entregó el 7 por ciento de la información solicitada, 49 por ciento sí fue entregada, pero en 27 por ciento argumentó que los proyectos estaban en marcha de implementación, y en 15 por ciento que los datos no eran requeridos en los proyectos.
La gran conclusión es que "las propias instituciones financieras no cumplen con sus propias normativas, pero en el caso del gobierno mexicano observamos un incumplimiento completo de las leyes de transparencia y acceso a la información", dice González Armijo.
Deuda sin fin
El país latinoamericano ha disparado su endeudamiento, medido como porcentaje del Producto Interno bruto (PIB), mientras tanto el Congreso federal no vigila los créditos, porque el gobierno solo presenta informes trimestrales de sus finanzas, sin cifras desagregadas por proyecto, la ciudadanía no tiene acceso más que a cifras totales, sin detalles de contratación y cumplimiento.
"Además, los techos de endeudamiento se establecen año con año mediante la ley federal de ingresos, pero han sido rebasados", dijo González Armijo.
México, la segunda economía de América Latina con un Producto Interno Bruto (PIB) de 2.230 miles de millones de dólares en 2015, detrás de Brasil, con unos 3.200 miles de millones de dólares el mismo año, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo con el cual tiene una línea de crédito disponible de 80.000 millones de dólares, un salvavidas aún sin utilizar.
Por ejemplo, hasta agosto pasado, el llamado "saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público", que mide la deuda pública total de México, era un 46,8 del PIB, y al cierre de 2016 subirá a 50,5 por ciento del PIB, un nivel superior al 47,8 por ciento aprobado por el Congreso para 2016.
Una causa de ese aumento es el efecto acumulado del tipo de cambio del peso frente al dólar entre 2012 y 2016, calculado en 4 por ciento del PIB.
No siempre ha sido así: tras las crisis deuda y devaluación de los años 1980 y 1990, la deuda pública mexicana bajó ligeramente en los seis años del gobierno de Vicente Fox (2000 a 2016), de 31,7 a 29,8 por ciento del PIB, y en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) volvió a crecer, a 37,7 por ciento del PIB.
De tal manera que el gobierno de Enrique Peña Nieto es el que más ha endeudado al país desde la primera alternancia política en la presidencia del 2000.
Sin embargo —dice la experta-, la información publicada como parte del Paquete Económico para 2017 es un hito, no obstante el bajo porcentaje de la información ofrecida sobre los préstamos internacionales que México tiene vigentes con el BM y el BID, pagados con los ingresos fiscales federales.
Asimismo, también se hicieron públicos por primea vez los montos y el destino de las donaciones que el país tiene y que provienen de estos dos organismos financieros internacionales.
México es segundo lugar en el BM, con el 9,3 por ciento de la cartera total de proyectos de este Banco para el año fiscal 2015 y es el primer deudor lugar del BID, con el 14 por ciento de los desembolsos totales en 2015, dice el documento de Fundar titulado "Diagnóstico sobre la transparencia de los préstamos para el desarrollo en México".