"Ese tipo de acuerdos nos permite autonomía y no requerir de ayuda extranjera", dijo el senador de la comisión legislativa de vigilar y evaluar el gasto militar de México.
"Esa capacidad ha llamado la atención de otras Fuerza Armadas y debemos estar orgullosos de ser autosuficientes", dijo el senador integrante de la comisión que observa el desempeño de las fuerzas militares mexicanas.
"La secretaría de la Defensa (Sedena) a través de su industria manufacturera, produce muchos de los productos militares que consume", explicó el legislador al referirse al contrato por unos 266 millones de dólares en los años 2015 y 2016, confirmado en un documento del gobierno estadounidense enviado al Congreso de EEUU.
La publicación de documentos oficiales del Congreso de EEUU, incluyen una carta de respuesta a preocupaciones por el control de esas armas, enviada en diciembre pasado por la subsecretaria estadounidense de Estado para Asuntos Legislativos, Julia Frifield, al senador federal demócrata Patrick Leahy, que fue recibida el 18 de enero de este año 2017, y publicada por el influyente semanario político.
Una autorización "inusual"
Entre los medios bélicos que México produce hay "desde uniformes, botas, y armas tales como pistolas, rifles hasta tanques", prosigue la explicación del legislador.
El documento fue obtenido por el corresponsal de la revista mexicana en Washington, Jesús Esquivel, quien califica de "inusual" el acuerdo que le permitirá a México "ensamblar y reparar armas de esa firma durante cuatro años, sin necesidad de reportarle nada a Washington".
"Esos productos para las fuerzas armadas de México son hechos por la industria miliar mexicana que tiene un reconocimiento de ingenieros militares competentes que reconocen la calidad", explicó el congresista Torre Graciano.
"Este es un trabajo con ingenieros militares que lograron obtener un rifle más corto y ligero, parecido a la subametralladora Uzi (de fabricación israelí) que es más veloz y podría ser de 100 por ciento manufactura mexicana", puntualizó el presidente de la comisión senatorial de Defensa.
Como resultado de esa experiencia, "la industria militar de algunos países, como en este caso Alemania, busca en México la posibilidad de de que este país sea incluso proveedor de algunas armas, y nos ha permitido depender menos de apoyos o convenios militares con EEUU", prosigue la evaluación del senador mexicano.
Además de lo inusual de la transacción, analistas consultados por Proceso indican, "la intención de militarizar a las policías estatales y municipales mexicanas".
En términos monetarios y por el número de piezas, "es el mayor que el gobierno de México ha firmado con una empresa privada desde finales del siglo pasado".
Los detalles de la operación están en un expediente del Departamento de Estado correspondiente al año fiscal 2015, llamado "Notificaciones al Congreso sobre la venta de armas comerciales y militares a México".
Esos documentos "muestran una serie de mecanismos por los cuales la Sedena (secretaría de la Defensa Nacional) no estaría obligada a reportarle a Washington el uso ni destino final de la masiva producción de rifles y pistolas en el caso de su actual convenio con Sig Sauer", según el reporte desde Washington.
Esa falta de restricciones motivó al senador Leahy, a preguntar al gobierno de EEUU sobre la intención del gobierno mexicano en adquirir equipo militar y armas de fuego a granel, puntualiza.