"Los militantes del partido tenemos que definir juntos la búsqueda de un frente amplio que cambie el régimen político, por el México democrático que quiere la sociedad", dijo el vice-coordinador de la fracción de su partido en el Congreso.
"El escenario de fin de régimen que vive México debe evitar un desenlace de presidencialismo autoritario, en un debate necesario para definir el futuro inmediato y de largo plazo del país", dijo el exlíder guerrillero y expreso político de 63 años, que llegó a presidir la Cámara de Diputados, de 2015 a 2016.
La declaración explica la decisión partidista de remover a Miguel Barbosa de la coordinación de la fracción parlamentaria en el Senado de la formación, conocida por el emblema del sol azteca, una semana después de que anunció su apoyo a Andrés Manuel López Obrador como candidato a las presidenciales de 2018.
"Ninguno de sus dirigentes puede pasar por encima de la dirección nacional del partido y de su vida institucional", dijo a esta agencia el expresidente nacional del PRD, y actual vice-coordinador de los diputados federales de la tolda amarilla.
Al contrario, la definición del PRD ante las elecciones de 2018, "debe realizarse a la luz de una estrategia para establecer un gobierno de coalición con fuerzas de democráticas, para introducir cambios en la vida económica y social de nuestro país", dijo Zambrano, quien presidió el PRD de 2011 a 2014.
La controversia por López Obrador
El liderazgo de López Obrador al frente de Morena "es indiscutible e importante, pero su visión del cambio no se dirige hacia un régimen democrático, sino busca afianzar un presidencialismo personalista autoritario", dijo el fundador de la desparecida Liga Comunista 23 de Septiembre, quien fue preso político (1975-76) por sus acciones armadas.
"Sin embargo, antes de la definición de las alianzas, no cerramos la puerta a ninguna posibilidad", atajó el dirigente del PRD, fundado por comunistas y socialistas en 1989, en torno a Cuauhtémoc Cárdenas, quien un año antes provocó un cisma en el Partido Revolucionario Institucional (PRI, gobernante), al encabezar una escisión del ecléctico y longevo partido, llamada Corriente Democrática.
Zambrano admite la urgencia de definir una estrategia hacia las presidenciales 2018, que según Barbosa consiste en un alianza con el Partido Acción Nacional (PAN, centroderecha) o un "candidatito" como llama al actual jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Mancera, aspirante presidencial.
"Sin la participación de esta fuerza política no se van a van a lograr los cambios, pero en nuestro partido tenemos instrumentos institucionales que nadie se puede saltar o ignorar", atajó el líder legislativo centroizquierdista.
"Barbosa se arrogaba el derecho de definir él solo la línea política del partido y formarse a la cola de López Obrador ", disparó el fundador de la corriente dominante del PRD, llamada Nueva Izquierda, de corte socialdemócrata.
El presidente de México dijo el fin de semana, al celebrar 88 años de la fundación del PRI que "la oposición no está preparada para gobernar".
Barbosa afirma que su destitución "es una sanción salvaje, violentando toda norma de debido proceso de garantías", como el derecho de audiencia.
"Van a quedar en ridículo, interpondré un juicio de protección de derechos ante la Comisión Nacional de Garantías y ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y lo voy a ganar", dijo Barbosa, quien afirma que cuenta con el apoyo de la mayoría de senadores del PRD, y el grupo denominado Militantes de Izquierda (MIIZ), el veterano líder comunista Pablo Gómez.
La izquierda mexicana compitió dividida en las elecciones para renovar el Congreso federal en 2015, cuando el PRD obtuvo 4,33 millones de votos, un 10,87% de sufragios, mientras Morena le arrebató el 3,34 millones de votos para lograr un 8,39% de los sufragios en su debut en las urnas.