"América Latina necesita, en primer lugar, una visión de izquierda con una concepción global de la política, alejada de nacionalismos anacrónicos y de chovinismos atrasados, que generalmente derivan en visiones autoritarias del ejercicio de gobierno", dijo Ortega, 63 años, coordinador de la formación mayoritaria del PRD, en el marco del Segundo Encuentro Internacional de la Izquierda Democrática, que se celebra en el país latinoamericano.
En México y América Latina hay "una cultura política de concentrar el poder en un personaje, en un individuo; y por lo tanto hay una degeneración del sistema presidencialista, un culto de los caudillismos, por esa propensión a los mandos unipersonales y la concentración personalista del poder", dijo el líder del PRD en el Senado (2000-2006), una coalición que es tercera fuerza del Congreso mexicano.
La izquierda latinoamericana debería, en segundo lugar, "rebasar la condición de oposición, para convertirse en una izquierda moderna con perspectiva global, de alternativa política, cultural y de gestión administrativa, en suma una alternativa de poder democrático", dijo Ortega, veterano líder en los años 70 y 80 del siglo XX de los partidos Socialista de los Trabajadores (PST) y Mexicano Socialista (PMS).
En tercer lugar, la izquierda debe resolver un dilema en el cual se encuentra: "tiene una crisis de representatividad porque ha diluido sus identidades programáticas e ideológicas", considera Ortega, quien fue presidente del PRD (2006-2012).
Esa crisis de identidad por pérdida de representatividad "solo se resolverá en la medida que modernice su propuesta programática, que la haga contemporánea, elimine las visiones extremistas", enfatizó Ortega.
Líderes políticos con experiencia de gobierno en América Latina y Europa analizan esta semana los "retos globales para la democracia ante fanatismos y caudillismos", en varias sedes de la Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y Puebla, evento organizado por Ortega.
Contra los caudillos
Ortega señala que la política de los hombres fuertes ha dañado a las izquierdas: "Los gobiernos de caudillos, de liderazgos personalistas, de poder concentrado han sido dañinas".
"Es una cultura del poder en América Latina que vuelve muy complejo construir sistemas republicanos y de equilibrio de poderes, impide contrarrestar los intentos de perpetuarse en el poder, aunque sean desde una perspectiva de izquierda", señaló el líder del PRD, fundado en 1989.
Esas derivas han ocurrido en países latinoamericanos gobernados por las izquierdas: "Se llega al poder por las urnas, después hay referendos y plebiscitos para perpetuarse en el poder, a veces modificando la Constitución", argumenta.
"Necesitamos desconcentrar el poder, democratizar el poder, diversificar el poder y equilibrarlo, hay ejemplos en países como Uruguay y Brasil que, a pesar de sus problemas, tienen un estado de Derecho y un equilibrio de poderes republicano sin espacio a los populismos", ejemplifica.
La relación antidemocrática con el poder incuba la corrupción, insiste: "Puede combatirse si existe un equilibrio de podres real, con un poder judicial que no permita la impunidad y un Congreso que no solo legisle sino cumpla con el control del poder Ejecutivo, que haga de la ley un instrumento para el desarrollo, no un obstáculo".
Cuando se le pide mencionar las experiencias políticas que deben reconsiderar el rumbo, Ortega dice que "pondría el caso del presidente Nicolás Maduro en Venezuela, como el fallecido comandante Hugo Chávez; y las fuerzas de izquierda y derecha que han estimulado la antipolítica en España, Grecia, Italia y Francia".
Según Ortega, el dos veces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, quien abandonó el PRD para fundar su propia formación, el Movimiento de Renovación Nacional (Morena), con la cual busca la tercera nominación en 2018, es un caso que podría estimular esa tendencia en México.
"Andrés Manuel ha expresado en México una visión casi de rechazo al Congreso y le resta importancia a los instrumentos republicanos del control del poder", lamentó Ortega.
La existencia de los caudillos es "una cultura política que aún no desaparece de nuestra incipiente democracia, alentada desde grupos económicos y medios de comunicación que apuntan a un proceso regresivo de restauración autoritaria, con visiones dogmáticas y absolutistas de la historia", terminó.
Entre las decenas de invitados al debate convocados por Ortega en México están el vicepresidente de Uruguay, Raúl Sendic; el expresidente uruguayo, José Mujica; Álvaro García Linera, vicepresidente del Bolivia; Luiz Dulci, director del Instituto Lula y exministro de la Presidencia del Gobierno de Brasil; Gustavo Petro, alcalde mayor de Bogotá, Colombia; Massimo D'Alema, líder comunista y expresidente del Consejo de Ministros de Italia; y Roberto Jiménez del PSOE de España.