"Es cierto que los medios de comunicación inflan un poco la sensación de inseguridad y que los ánimos se inflaman en las redes sociales. Pero estuvimos sitiados en nuestras casas por miedo. A un amigo le robaron el auto. Faltó comida en casa y no había supermercados abiertos. Pagar una cuenta era imposible. Y todavía hay comercios cerrados", afirmó el jubilado a Sputnik.
"De ayer para hoy quemaron otros tres ómnibus. Es posible que el transporte público vuelva a paralizarse. Ahora mismo mientras hablo la televisión muestra imágenes de un auto incendiado frente a un organismo público", relató.
De acuerdo con Serrate, la Policía volvió a las calles pero sin transporte oficial porque los familiares siguen bloqueando las sedes en protesta por mejores condiciones de trabajo para los policías. Tampoco hubo acuerdo con el Gobierno, que anunció la expulsión de agentes acusados de insurgencia, mientras investiga a otros tantos, contó.
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"El índice de homicidios de casi todo un año en tan solo dos semanas", lamentó Serrate, quien teme que la situación no se resuelva de hecho.