Esta amenaza se hace cada vez más y más evidente a medida que el gigante ruso Gazprom insiste en la construcción del gasoducto, pese a todos los obstáculos creados por Polonia.
"Es obvio para mí que si tenemos el Nord Stream 2 y extendemos el gasoducto Turkish Stream, lo que ya está pasando, eso conllevará a que el tránsito ucraniano del gas ruso a Europa se reduzca a cero", dijo el ejecutivo de la empresa ucraniana Naftogaz, Andriy Kóbolev, citado por el periodista.
Parece que los países de Europa están cediendo ante la presión de sus propias empresas petroleras, afirma Rapoza.
De esta manera la duplicación del número de gasoductos no dejará a Ucrania esperanzas de preservar su rol de país transitorio del gas ruso.
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El proyecto Nord Stream 2 prevé construir dos tuberías de gas con una capacidad total de 55.000 millones de metros cúbicos anuales que se extenderán por el fondo del mar Báltico desde la costa rusa hasta Alemania.