El comandante Ivan Blaz, portavoz de la Policía Militar, informó a primera hora de la mañana de que el 95 por ciento de la tropa está trabajando de forma normal y pidió a los ciudadanos que se informen por canales oficiales para no contribuir al alarmismo.
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Aun así, confirmó que ha habido concentraciones en al menos 20 cuarteles de todo el estado de Río, pero que los únicos puntos más "sensibles" son los cuarteles de Olaria y de Tijuca, ambos en Río de Janeiro.
En estos casos representantes de la Policía Militar están negociando con las familias para que permitan la salida de las patrullas: "La reivindicación es justa, pero el límite entre el orden y la barbarie es la presencia de la policía", afirmó Blaz.
Pedía "no olvidar" lo que está pasando en el estado vecino de Espírito Santo, donde la policía no patrulla desde el pasado sábado, lo que provocó una ola de violencia que ya dejó más de 100 muertos.
"Sabemos que nuestra situación es difícil, compleja, pero no podemos permitir que ese escenario de barbarie llegue a nuestras casas, a nuestras familias", dijo, remarcando que hay un "clamor público" para que la policía siga trabajando.
Las familias que protestaban frente a los cuarteles criticaban al gobierno de Río, en manos del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) por pagar con retrasos los salarios de los policías.
También pedían mejores condiciones de trabajo y una mejora de la infraestructura y medios con que trabajan para que no pongan su vida en riesgo: "Salario digno, ya basta de humillación", se podía leer en una de las pancartas.
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El gobernador del estado de Río, Luiz Fernando Pezão (PMDB) desmintió este jueves que fuera a haber movilizaciones, pero en cualquier caso pidió que el Ejército y la Fuerza Nacional estuvieran atentos por si hubiera que salir a la calle.