"Estamos en un momento histórico para cambiar Judea y Samaria (nombres bíblicos de Cisjordania), ahora es el momento de construir", dijo a Sputnik Shilo Adler, máximo dirigente del Consejo Yesha, que agrupa las colonias judías en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
Adler presenció la evacuación del asentamiento judío de Amona, cerca de Ramala.
"Hoy presenciamos estos hechos terribles, vemos a nuestra policía arrancando a nuestra gente de sus casas, pero ya está, a partir de ahora solo podemos crecer y construir en asentamientos", subrayó Adler.
Desde que el 20 de enero Trump fue investido presidente de EEUU, Netanyahu ha anunciado la construcción de más de 6.000 viviendas en los territorios palestinos ocupados de Cisjordania y Jerusalén este.
El jefe del Gobierno israelí, que el 15 de febrero se reunirá con Trump en Washington, también prometió edificar un nuevo asentamiento —el primero en 25 años— para alojar a los expulsados de Amona.
Consejos municipales palestinos y tres ONG presentaron una demanda contra la ley, rechazada por el fiscal general del Estado, Avichai Mandelblit, y que el Supremo podría frenar.
Naftali Bennett, líder de La Casa Judía —principal socio de gobierno de Netanyahu— propuso la ley a finales del 2016 para evitar el desalojo y demolición de Amona, pero esta colonia no pudo salvarse.
"Hemos impulsado esta legislación para asegurarnos de que no haya más evacuaciones de comunidades judías en Judea y Samaria", indicó a Sputnik Nissan Slomiansky, diputado de la Kneset por La Casa Judía.
Slomiansky también confía que con Trump vendrán tiempos mejores para los colonos.
La simpatía de Trump por este sector es obvia: en 2003 donó 10.000 dólares a instituciones situadas en el asentamiento de Beit El, en Cisjordania.
Los padres de su yerno, Jared Kushner, a quien Trump ha elegido como enviado a Oriente Medio, regalaron miles de dólares a la misma colonia.
Y David Friedman, el hombre a quien Trump eligió para ser su embajador en Israel, encabeza una organización que ha facilitado millones de dólares a Beit El.
Durante el mandato de Obama se construyeron viviendas en asentamientos, pero la mayoría de los planes de ampliación quedaron congelados por voluntad de la Casa Blanca.
Trump dijo durante la campaña electoral que si se convertía en presidente de EEUU trasladaría la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén.
Israel considera esta ciudad como su capital, pero no está reconocida internacionalmente porque los israelíes ocupan la parte este, y todos los países tienen sus embajadas en Tel Aviv.
"En Israel hay un gran consenso sobre la necesidad de mantener Jerusalén unida, como capital eterna de Israel y del pueblo judío, parte de la popularidad de Trump en Israel se debe a que, en contraste con otros presidentes americanos, es serio respecto al tema de la capital", apuntó Inbar.
Durante la campaña electoral de las elecciones presidenciales de EEUU los simpatizantes de Trump cosecharon bastantes más éxitos en las calles de Israel que los de la candidata demócrata, Hillary Clinton.