"¡Sé fuerte, Israel. El 20 de enero [la fecha de su toma de posesión como presidente] se acerca rápidamente!", declaró Trump, que agregó que "no podemos seguir permitiendo que Israel sea tratado con ese total desdén y falta de respeto", refiriéndose a la política exterior de la Administración Obama.
"Ellos [Israel] solían tener a un gran amigo en EEUU, pero ya no", subrayó el presidente electo.
De acuerdo con el mandatario estadounidense, el enfriamiento en las relaciones entre Tel Aviv y Washington comenzó con el "horrible" acuerdo sobre el programa nuclear iraní firmado en 2015 y calificado por Israel como un "error histórico".
El presidente electo de EEUU subrayó que su política exterior hacia Oriente Próximo será muy distinta a la de Obama. Por ejemplo, designó como futuro embajador de EEUU en Israel al hijo de un rabino ortodoxo, el abogado David Friedman, quien anteriormente había expresado su apoyo a los asentamientos israelíes en territorios ocupados.
El 23 de diciembre, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó, gracias a que EEUU no usó su derecho a veto, una resolución que exigía a Israel poner fin a los asentamientos. La medida fue aprobada con 14 votos a favor y la valiosa abstención estadounidense.
Por su parte, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aseveró que al abstenerse en el Consejo de Seguridad de la ONU, Washington "votó en contra de su propia política exterior" y calificó el discurso de Kerry como "una gran decepción".
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Por último, el mandatario hebreo agregó que Tel Aviv "desea trabajar pronto" con la Administración Trump para "mitigar los daños provocados por la resolución".