El sistema THAAD, destinado a derribar misiles balísticos, está considerado en Washington como el escudo protector de sus aliados principales del nordeste asiático contra la amenaza que les plantea Pyongyang. Hay que recordar que Corea del Norte sigue desarrollando su arsenal nuclear.
El sistema antimisiles estadounidense en Japón y Corea del Sur tiene potencial para ser empleado también contra Rusia o China. Mientras, las maniobras de EEUU a gran escala aumentan aún más las tensiones con Corea del Norte, lo que empuja a Pyongyang a seguir desarrollando su potencial bélico.
Así, el despliegue del THAAD en Corea ha generado reacciones contundentes tanto por parte de Rusia como de China. De hecho, una declaración conjunta ruso-china insta a "ejercer la moderación para evitar acciones que puedan conducir a una escalada de tensiones".
Dmitri Verjotúrov subrayó que los líderes norcoreanos, de considerarlo necesario, tendrían otras posibilidades de alcanzar el territorio de su vecino sureño, incluida la capital del país: mediante armas convencionales. El Ejército norcoreano posee sistemas de artillería y lanzacohetes múltiples cuyo radio de acción es de 190 km. El THAAD es inútil contra ellos.
Tal sistema de defensa tiene algún sentido solo para contrarrestar un ataque contrafuerza, es decir, en caso de que se intente aniquilar precisamente el material bélico estadounidense en la región (bombarderos estratégicos B-52, B-1B, submarinos atómicos, etc.), comentó Verjotúrov.
"Los mandos de EEUU intentan proteger sus armas nucleares de un eventual ataque del enemigo para así tener posibilidades de atacar desde la distancia mínima. Al instalar un 'parasol' para sus fuerzas nucleares en Japón y Corea del Sur, los estadounidenses podrán doblegar a Rusia y China con la amenaza de un ataque cercano. La retórica antinorcoreana no engaña a nadie, por eso Moscú y Pekín se expresan en contra", concluyó Verjotúrov.