Las contramedidas "tendrán como objetivo salvaguardar los intereses de China y Rusia y el equilibrio estratégico en la región", escribe la agencia.
Ambos países celebraron un simulacro antimisil conjunto en mayo de 2016 después de que Washington y Seúl iniciaran las negociaciones para la instalación del Sistema de Defensa de Área de Alta Altitud Terminal —THAAD, por sus siglas en inglés- para contrarrestar cualquier amenaza proveniente de Corea del Norte.
Al parecer, el THAAD va a ser desplegado en el territorio que actualmente ocupa un campo de golf surcoreano. Moscú y Pekín están preocupadas por el alcance de este poderoso radar, que podría comprometer su seguridad. Además, la medida no ayudará a la reducción de las tensiones en la península coreana.
Por otra parte, el proyecto de Corea del Norte para seguir desarrollando sus capacidades nucleares ha enfurecido a China, que hasta ahora ha sido el único amigo en los campos diplomático y económico de Pyongyang.
Anteriormente, el responsable de la Cancillería rusa para cuestiones de desarme, Mijaíl Uliánov, había afirmado que Rusia y China podrían responder conjuntamente al despliegue de sistemas antimisiles de EEUU en Asia Oriental.