Según la televisiva, se trata de las protestas más grandes en el país en los últimos 25 años, es decir desde la revolución rumana de diciembre de 1989 que puso fin al régimen de Nicolae Ceaușescu.
A pesar de que las autoridades rumanas revocaron el domingo el decreto que suponía amnistiar a una serie de presos vinculados a procesos de corrupción, los manifestantes siguen exigiendo la renuncia del Gobierno socialdemócrata.
La decisión de cancelar la medida fue tomada por el Gabinete tras la declaración del primer ministro, Sorin Grindeanu, de que no quiere que la sociedad rumana sea dividida.