"El mensaje en realidad es el mensaje (de Trump) al mundo para restaurar la confianza y restaurar el respeto", dijo Gutiérrez.
Según el partidario de Trump, venir a EEUU es un privilegio y "mucha gente está tomando muy a la ligera estar en EEUU; no lo están valorando".
Gutiérrez, quien nació y creció México, cruzó la frontera de EEUU cuando era joven y pudo arreglar sus papeles, ya que su familia fue admitida con la amnistía que ofreció el presidente Ronald Reagan (1981-1989) durante su administración.
En referencia a la otra orden ejecutiva que Trump firmó sobre inmigración, que incluye la ampliación del muro en la frontera con México, Gutiérrez asegura que "el muro es un símbolo y un instrumento para reforzar el cumplimiento".
"En realidad, la valla ya está ahí, y yo creo que es más que nada para decir al mundo: "aquí hay una valla, cuando vengas va a ver una valla".
Por su parte, el miembro de la junta de consejeros de otra organización simpatizante de Trump llamada "Latinos With Trump", Angelo Gómez, también declaró estar de acuerdo con las acciones ejecutivas de Trump.
"Donald Trump estaba haciendo campaña con la promesa de proteger a nuestro país y poner a los estadounidenses y su seguridad primero, y eso exactamente lo que está haciendo con la orden ejecutiva temporal de 90 días que la administración de Obama describió como naciones terroristas", señaló.
Gómez, que con tan sólo 19 años se está postulando para ser alcalde de la ciudad de Henderson, en el área metropolitana de Las Vegas, en Nevada (sureste), afirmó que Trump está asegurándose de que "tenemos una manera oficial de traer a esos refugiados al país".
"Creo que si Donald Trump tiene la inmigración ilegal bajo control y construye un muro para asegurar nuestra frontera, va a frenar las drogas que vienen al país y va a poner las cosas más fáciles para que las personas vengan aquí legalmente", concluyó.
Trump firmó una orden ejecutiva que suspende por 120 días la acogida de refugiados —indefinidamente, en relación con los sirios— y veta por 90 días la entrada de ciudadanos de Irak, Irán, Siria, Sudán, Yemen, Libia y Somalia.
Este decreto generó una oleada de críticas y protestas en ciudades y aeropuertos de EEUU, así como en otros países.