Por primera vez, desde el retorno a la presidencia del longevo y ecléctico Partido Revolucionario Institucional (PRI), toda la clase política ha cobijado con la misma bandera, en forma unánime, a un presidente Enrique Peña Nieto que padece los peores índices de popularidad de un mandatario en dos décadas.
Peña Nieto, cuya popularidad rondaba el 20 por ciento antes de su controversia con Trump, ha recibido un inesperado respaldo de todos los partidos políticos, movimientos sociales y de toda la prensa.
Lo más curioso es que en las redes sociales, los usuarios jóvenes más cosmopolitas y cínicos, han colocado en sus perfiles banderas con los colores verde, blanco y rojo, mientras líderes opositores de todo color llaman a la población a colocar banderas nacionales en las fachadas de su casas.
"En aquellos años de finales del siglo XX, en la decadencia del presidencialismo autoritario del PRI, el paradigma de la globalización de libre comercio se veía como la puerta a un desarrollo positivo contra el nacionalismo considerado aldeano", explica el autor del libro "El Imperio Mexicano y el Reino de Guatemala".
Resistencia nacionalista
Tras la caída del PRI, en el inicio del siglo XX, a manos del ranchero Vicente Fox, "el nacionalismo terminó siendo asociado al PRI más arcaico, asociado con el autoritarismo presidencialista de una época económica cerrada al mundo y proteccionista", explica.
El blanco es la afrenta del muro fronterizo de millonario presidente, quien pretende hacer pagar a México, con impuestos a sus exportaciones o a las remesas que envían sus migrantes.
La controvertida etiqueta #FuckingWall de Fox, es el nuevo producto insignia de la mercadotecnia nacional que lo encumbró al poder.
@realDonaldTrump's ego monument real cost is around 25 billion USD. I ask you, America, what would you prefer instead of that #FuckingWall?
— Vicente Fox Quesada (@VicenteFoxQue) 26 de enero de 2017
Pero el sentimiento mexicano terminó siendo el refugio de un líder carismático y caudillista, Andrés Manuel López Obrador, que perdió las elecciones en 2012 ante el PRI.
"El Peje" como lo llaman con cariño sus seguidores —por el prehistórico pez "pejelagarto" que no ha cambiado en millones de años— se atrincheró alrededor del nacionalismo petrolero, "calificado por sus críticos como trasnochado", prosigue el investigador.
Pero ante el debut de Trump en la Casa Blanca, que convirtió a México en primer enemigo externo de EEUU, incluso López Obrador, el más radical de la izquierda y uno de los principales aspirantes a la presidencia hacia los comicios de 2018, enfiló sus baterías contra el arrogante magnate, y respaldó el rechazo frontal de Peña Nieto a las políticas antiinmigrantes y proteccionistas de EEUU.
Todos los mexicanos, desde su infancia, recitaron los relatos de las invasiones de EEUU y Francia, sobre todo la pérdida del extenso territorio de Texas, ahora un rico estado petrolero de EEUU.
"Son parte de la matriz genética de los mexicanos", enfatiza el historiador.
El ADN que despierta
"Todos los mexicanos traemos un ADN nacionalista, porque nos lo inculcaron en la escuela primaria y en las constantes conmemoraciones patrias", explica Vázquez Olivera.
Durante décadas, "esos sentimientos quedaron dormidos, pero la programación genética está latente, y solo esperaba que saliera un enemigo externo que hiciera resurgir una memoria básico, escolar", enfatiza.
En los días más difíciles en la historia reciente de la relación bilateral entre México y EEUU, los internautas se han puesto de acuerdo para subir a sus muros, en su foto de perfil, una candorosa imagen de la bandera mexicana.
El Senado de México se ha convertido en el punto de convergencia de toda la clase política y se apresta a recibir a la misión que encabezó el canciller Luis Videgaray en la Casa Blanca con una "política de Estado única y concertada" entre todos los partidos.
"Descartar la unidad nacional, sería olvidar que desde el exterior se han aprovechado cuando hemos estado divididos, seríamos muy tontos de repetir los errores de la historia", dijo a Sputnik el senador de centroizquierda Armando Ríos Pitter, uno de los promotores de una política unificada.
"El nacionalismo mexicano puede ser una ruta para el destino común, no es el tipo de nacionalismo racista de derecha de Trump, ni el discurso de la xenofobia que se instala de Europa", acota el líder del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD).
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La postura mexicana "debe ser multicultural y recoger los mejores valores universales, de rechazo a misoginia, contra el inmoral racismo de tribu, sin olvidar nuestra corrupción y las graves violaciones a los DDHH", distingue.
Nuevos consensos
Solo existe un mexicano que podría ser blanco de la ira nacional: el canciller Luis Videgaray, quien tejió en Nueva York la desastrosa visita de Trump a México, en el peor momento de su campaña electoral y le inyectó nuevos bríos.
"Vamos a ver qué tan cierto fue el compromiso que hizo con nosotros Videgaray, de construir una estrategia común, una política exterior del Estado mexicano, vamos a ver", soltó dubitativo el senador Miguel Barbosa, líder de la bancada centroizquierdista.
El jefe de gobierno de la Ciudad de México, el centroizquierdista Miguel Mancera, que también tiene aspiraciones presidenciales, sorprendió al expresar: "No creo que pueda haber alguien que no vaya a respaldar al Peña Nieto, para bien de México".
Ninguna frase del vapuleado presidente ha sido más aplaudida que la colocada en su cuenta de Twitter, la mañana del jueves: "Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el presidente de EEUU".
¿Pagar el muro de hasta 15.000 millones de dólares con impuesto a México de hasta 20 por ciento como amenaza Trump?
"Ampliación del #muro entre EEUU y México es irracional" https://t.co/KVYNbnpVqs pic.twitter.com/Fi7bcDceue
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 26 de enero de 2017
Incluso el apolítico presidente de la Suprema Corte de Justicia, Luis Miguel Aguilar, apeló a los sentimientos nacionalistas para responder: "Cada mexicano es un elemento de la defensa del país (…), no podemos tolerar que nadie nos venga a decir lo que debemos hacer", exclamó.
Las macro-banderas mexicanas están desplegadas en todo México.