"Estamos convencidos de que actuamos de manera correcta cuando aceptamos la solicitud del Gobierno legítimo sirio, país miembro de la ONU, país cuya capital podría ser tomada por los terroristas al cabo de dos o tres semanas", dijo.
El ministro enfatizó que "los que llevan un año y medio observando cómo Daesh (organización terrorista prohibida en Rusia y otros países) y otros criminales cercan Alepo probablemente cometieron un crimen ya que violaron una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pidió no dejar que Siria se convirtiera en un Estado islamista".
El 30 de septiembre de 2015 Moscú empezó sus bombardeos aéreos en Siria para detener el avance de los grupos terroristas que se expandían pese a los ataques de EEUU y su coalición.
En marzo pasado Rusia retiró del país árabe el grueso de sus fuerzas al dar por cumplida su misión, aunque mantuvo la presencia militar en la base aérea de Hmeymim y en el puerto de Tartus.
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Las fuerzas rusas comenzaron el pasado 6 de enero la retirada del territorio sirio después de que el Gobierno de Bashar Asad y la oposición, con mediación de Moscú y Ankara, pactaran un alto el fuego que entró en vigor el 30 de diciembre.