Aseguró que los militares harán inspecciones rutinarias en busca de armas y subrayó que serán los gobernadores de cada estado los que tendrán que dar permiso para que el Ejército entre en las cárceles, ya que son de su competencia.
El portavoz del gobierno anunció esta medida después de una reunión con el presidente Michel Temer en la que también se definió la creación de una comisión nacional para reformar el sistema de prisiones.
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Cuando se produjeron las matanzas en las cárceles de Manaos (estado de Amazonas) y Boa Vista (estado de Roraima) el Gobierno federal tardó varios días en mandar a efectivos de la Fuerza Nacional, tal como pedían los gobernadores de esos estados.
Sin embargo, los cien hombres de la Fuerza Nacional que el gobierno mandó a cada estado no entraron en las cárceles sino que se encargaron de garantizar la seguridad en sus alrededores.
La última matanza en las cárceles brasileñas se produjo este sábado en Alcaçuz, en el área metropolitana de Natal (estado de Rio Grande do Norte), donde 26 presos fueron asesinados.
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Se llegó así a los 134 presos muertos en todo Brasil en apenas dos semanas, lo que representa el 36% del total de muertos registrados el año pasado, cuando hubo 372 muertes.