Fabricado en la planta nº21 de Nizhni Nóvgorod en 1933, el I-16 posee las siguientes capacidades:
1. Técnica soviética
Combinado a su velocidad, es un caza muy ligero con un peso máximo de 1460 Kg gracias su fuselaje de madera de abedul con estructura y borde metálicos, lo que unido a la potencia de sus motores le confiere una gran maniobrabilidad en el aire, pudiendo hacer maniobras verticales que los cazas biplanos no podían realizar.
Su diseño monoplano con cabina cerrada y tren de aterrizaje retráctil supuso una innovación tecnológica que, aunque en un principio fue vista con recelo, luego en los campos de batalla demostró su utilidad con creces.
Fotos: Las armas de la victoria
La única desventaja que tenía este "halcón de guerra" era su manejo, muy complicado para pilotos noveles debido a su inestabilidad, ya que, su diseño monoplano y su alta velocidad dificultaba su control, sobre todo para realizar maniobras laterales.
Pero tras la mejora de los controles se dotó de más estabilidad al I-16 y se solucionó este problema.
2. Caballero medieval vs ardilla voladora
Este estilo de combate favorecía lo que se llamaban "luchas de caballeros" con ofensivas abiertas, fácilmente predecibles, enzarzándose en hermosas batallas aéreas como la del legendario Barón Rojo en la Primera Guerra Mundial.
En cambio el I-16 usaba su elevada velocidad y despegue rápido para realizar ataques sorpresivos sobre sus oponentes, teniendo un capacidad de derribo de casi el 90% contra sus adversarios biplanos y monoplanos de primera generación.
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Esto se debía a que, las alas del I-16 aunque más inestables, le permitían moverse muy rápidamente y detectar al enemigo antes pudiendo derribarlo con facilidad.
Una nueva era había comenzado.
3. Bautismo de fuego
Pronto demostró su efectividad contra los cazas He-51 e incluso contra los modernos Me109 de los nazis derrotandolos con enorme facilidad. Tampoco los Fiat CR-32 de los italianos ni los PZL-7 del bando franquista comprados a Polonia.
Esto se debía a que técnicamente no podían compararse al I-16 aparte de que todavía intentaban luchar según los antiguos conceptos de guerra aérea y eso iba en su contra.
Debido a su ataque vertical sorpresivo y, su curioso aspecto achaparrado y con una pintura grisácea, el bando nacional le confirió el apodo de "Rata" ya que aparecían sorpresivamente a ras del suelo como si "fueran ratas de las alcantarillas" según su opinión.
Los golpes de la rata eran letales y tan feroces como los del animal del que recibía el apodo y difíciles de contrarrestar.
En definitiva su aportación fue enorme, especialmente en las batallas del Ebro y Teruel donde ocasionó importantes bajas las tropas fascistas.
4. La Guerra en el Norte
Pero no sólo el I-16 luchó en la Guerra Civil Española, bajo el sobrenombre de "ardilla voladora", en los fríos bosques de Finlandia en el lejano norte, su epopeya continuó.
Con la experiencia adquirida en la sangrienta guerra Civil Española, en 1940 la ardilla voladora, sembró la destrucción entre los cazas enemigos gracias a la maniobra aérea conocida como Taran.
Es un movimiento muy arriesgado que consiste en chocar contra el caza enemigo para cortar sus hélices. Para realizar este ataque había que tener una gran pericia y capacidad de pilotaje, porque el riesgo era muy elevado, lo que habla de la maestría de los pilotos soviéticos.
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Tras la firma del tratado de paz con Finlandia el 12 de Marzo de 1940, el I-16 volvió a la URSS tras un fiel desempeño. Algunos cazas capturados por Finlandia serían usados posteriormente contra la URSS en la 2 Guerra Mundial.
5. El Fin de la Leyenda
Desde los cálidos campos de España, hasta la fría estepa invernal, en el desierto del Gobi, luchó el I-16. Envuelto en decenas de conflictos, esta ardilla voladora, dura de pelar, finalizó su periodo de servicio en 1943 cuando fue sustituido por cazas más modernos.
Aún así en España y otros países siguió formando escuadras de combate hasta 1953 cuando fue retirado definitivamente.
Hasta el final, el primero en combatir y el último en retirarse.
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