Katiusha, el primer equipo bélico de su clase, debutó en acción el 14 de julio de 1941, cuando la batería del capitán Iván Fliórov destruyó completamente las concentraciones de soldados alemanes cerca del ferrocarril en la ciudad bielorrusa de Orsha.
El vehículo de combate BM-13, la variación más conocida de Katiusha, constaba de ocho rieles abiertos conectados a través de un larguero tubular. Sobre cada uno de los rieles, que se montaban a lo largo del casco de un vehículo, se colocaban dos misiles RS-132, que alcanzaban una distancia de hasta nueve kilómetros.
Además, debido a la alta discreción y eficiencia de los lanzacohetes Katiusha, los soldados soviéticos eran especialmente adiestrados para impedir su captura por el enemigo.
Después de terminar la II Guerra Mundial, los lanzacohetes Katiusha fueron exportados a los países miembros del Pacto de Varsovia, Afganistán y China, donde se utilizaron durante varios conflictos bélicos.