De acuerdo con el político, son los socios europeos de la compañía gasística rusa Gazprom —y no las autoridades de Rusia— quienes consideran que el proyecto es una buena oportunidad de negocio, además de una garantía para la seguridad energética de Europa.
De este modo, el Nord Stream 2 se sustenta también sobre pilares políticos, apuntó Chizhov.
"Y es ahí donde aparecen las personas, organizaciones e incluso países que comienzan a obstaculizar el proceso, a pesar de las necesidades objetivas de Europa", subrayó.
Así, los oponentes de Moscú proponen mantener el tránsito de gas a través del territorio de Ucrania, ya que —según declaran— la concentración de la mayor parte del tránsito de gas por territorio alemán dará a Berlín las 'llaves' del gas ruso en Europa.
El proyecto Nord Stream 2 prevé construir dos tuberías de gas con una capacidad total de 55.000 millones de metros cúbicos anuales que se extenderán por el fondo del mar Báltico desde la costa rusa hasta Alemania. Se prevé que su trazado sea paralelo al del primer gasoducto Nord Stream, inaugurado en 2011.