"La decisión de Obama lo ha convertido en objeto de críticas por parte de todos los sectores del espectro político. Sin lugar a dudas, el presidente saliente de Estados Unidos no habría tomado esta decisión si Hillary Clinton hubiera ganado las elecciones", comenta el periodista.
Pero el equipo de Obama decidió que valía la pena tomar esta decisión, enfatiza Fabian.
"No pudimos vetar sin remordimientos de conciencia la resolución que refleja la preocupación por las acciones que destruyen las bases del acuerdo de paz entre los dos países", afirmó el vice asesor para la Seguridad Nacional de Obama, Ben Rhodes.
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Los representantes de Netanyahu, a su vez, criticaron duramente la acción de Obama y lo acusaron de conspirar a espaldas de Israel para debilitar su posición.
"La Administración de Obama no solo ha fallado en proteger a Israel contra las actividades del contubernio en la ONU, sino que también conspiró con este entre bastidores", afirmaron en un comunicado las autoridades israelíes.
"El primer ministro Netanyahu tuvo la oportunidad de practicar unas políticas que hubieran conducido a un resultado diferente", añadió.
"Esta decisión de la Administración se debe a la decepción y al deseo de solucionar el conflicto, que durante mucho tiempo está persiguiendo a los presidentes de EEUU", opina el autor del artículo.
El columnista señala que muchas Administraciones de EEUU se opusieron a la colonización israelí de los territorios palestinos y la consideraron un obstáculo importante para la solución pacífica del conflicto. El texto de la resolución del 23 de diciembre, va en la línea de esta política de EEUU, observa Fabian.
Según Rhodes, EEUU se abstuvo de realizar un nuevo veto este viernes, puesto que la Administración del presidente de EEUU, durante mucho tiempo, ha considerado que este foro internacional no es el lugar adecuado para solucionar este conflicto de Oriente Próximo. Sobre todo debido a los sentimientos 'antiisraelíes' de ciertos miembros de la organización.
Esta medida podría tener consecuencias negativas para Obama y Netanyahu y provocar el endurecimiento de las políticas del primer ministro hebreo y Trump hacia los palestinos, a diferencia del enfoque mantenido por el presidente saliente.
"En cuanto a la ONU, después del 20 de enero todo va a cambiar", escribió Trump en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, el responsable no fue capaz de explicar cómo esta resolución contribuirá a mejorar la situación en Oriente Próximo.
Esta decisión, al parecer, era la última oportunidad que tenía Obama de demostrar su influencia en el ámbito internacional ante Trump, que anteriormente había declarado que llevará a cabo una política exterior totalmente contraria a la practicada por la Administración Obama hasta la fecha.
"Todo esto a su debido momento, dado que solo tenemos un presidente", explicó Rodhes.
"El presidente Obama será presidente de EEUU hasta el 20 de enero, y consideramos que este paso forma parte de la política de EEUU".
No obstante, los críticos con la resolución afirman que la decisión podría inspirar a muchos enemigos de Israel a comenzar a ejercer una mayor presión internacional respecto a este país.
Yediot Aharonot, uno de los prinpales periódicos de Israel, calificó la votación como "el punto más bajo en las relaciones entre el Gobierno israelí y la Administración Obama".