Dos militantes del PKK resultaron abatidos, mientras que otros cinco, un de ellos herido, fueron capturados durante las operaciones.
Las fuerzas de seguridad descubrieron más de una veintena de escondites y requisaron medio centenar de armas, incluyendo 29 fusiles Kalashnikov, así como 700 kilos de explosivos.
El 10 de diciembre, un doble atentado suicida en el distrito de Besiktas, Estambul, provocó 44 muertos, en su mayoría policías, y 155 heridos; el ataque fue reivindicado por el grupo Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), afiliado al PKK.
Las autoridades turcas responsabilizaron al PKK de este nuevo atentado.
Fundado en la década de 1970 como un partido de extrema izquierda, el PKK libro durante décadas una lucha armada contra el Gobierno de Ankara, para exigir la creación de una autonomía kurda en Turquía.
El conflicto causó más de 40.000 muertos, según algunas estimaciones.
La formación también está proscrita en la UE aunque un tribunal europeo ordenó retirarla de la lista negra.
En las provincias del sureste de Turquía se producen, desde julio de 2015, frecuentes choques entre las fuerzas de seguridad y los combatientes del PKK.
La nueva espiral de violencia se desató tras varios meses de creciente tensión en las zonas kurdas a ambos lados de la frontera turco-siria y dio al traste con un acuerdo de alto el fuego logrado en 2013 entre el PKK y el Gobierno turco.