La visita oficial a Japón de Vladímir Putin, presidente de Rusia, abre una nueva etapa de cooperación económica entre ambos países, señala la experta.
"Sin duda, lo que más le interesa a Japón son los proyectos relacionados con combustibles y energía", asegura la autora.
Japón consume grandes cantidades de energía y, además, por mucho dinero, señala Samofálova. Su propósito es reducir la dependencia energética que actualmente tiene la nación asiática de los países de Oriente Medio, que venden caro su gas natural licuado —GNL— a la parte nipona.
"Sería complicado encontrar un socio mejor que Rusia para diversificar las importaciones de Japón".
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Petróleo y gas
"Este proyecto ya tiene más de 15 años y sus ventajas son evidentes. El gasoducto no solo eliminará el problema de la estabilidad de suministros de gas a Japón, sino que también permitirá a los japoneses recibir el gas de tubería a un precio más bajo en comparación con el GNL", analiza la periodista.
Rusia y Japón confirmaron su interés en este proyecto. Según el Ministerio de Desarrollo del Oriente de Rusia, el proyecto consiste en la instalación de la parte terrestre del gasoducto desde Sajalín hasta el puerto de Wakkanai en la isla japonesa de Hokkaido, y su posterior extensión a la bahía de Tokio.
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"Lo más interesante es que los bancos japoneses financien la construcción de nuevas instalaciones. (…) Y todo eso a pesar de la estrecha amistad con EEUU y el apoyo de las sanciones contra Rusia", destaca la autora.
Sin embargo, teniendo en cuenta estas circunstancias y la disputa de las Kuriles, "todavía es pronto para que Rusia se fíe de Japón".
¿Por qué Tokio necesita a Moscú?
"Los japoneses quieren entrar en el mercado ruso sin levantar las sanciones, así como solucionar el problema de las islas Kuriles sin dañar las relaciones con la OTAN", explica.
Según la experta, Rusia es consciente de esta situación y evalúa objetivamente los riesgos de cooperación con el país nipón.
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Al mismo tiempo, es obvio el deseo de Japón de acercarse económicamente a Rusia, admite Milchakova, que destaca las razones que se esconden tras esta voluntad.
"En primer lugar, las economías de Rusia y Japón están viviendo tiempos difíciles. En el período que va de 2012 a 2015, el PIB nominal de Japón, en dólares, se redujo un 30%".
Los problemas económicos impulsan una cooperación más estrecha entre estos países vecinos, que tiene una buena base: la tecnología japonesa y los recursos naturales de Rusia, observa la especialista.
¿Quiere #Japón huir de los abrazos de #EEUU y acercarse a #Rusia? https://t.co/xGCynfA46m pic.twitter.com/i9tZdV7yj7
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 25 de octubre de 2016
Asimismo, Milchakova sugiere que hay también razones políticas para el acercamiento de los dos países.
Entre otras razones políticas, la autora añade que Japón tiene miedo de la amistad existente entre Rusia y China, así como de la estrecha cooperación entre el país eslavo y Corea del Sur.