"Una acogida cordial de Putin, cuyo país está bajo sanciones por parte de los países miembros del G7, podría ser una señal errónea de que los miembros del G7 ya no están tan unidos como una roca monolítica", cita la agencia nipona las palabras de un alto cargo estadounidense.
Al mismo tiempo, la parte japonesa, que durante mucho tiempo dudó de la necesidad de acoger a Putin en Tokio, decidió no organizar la audiencia del presidente ruso con el emperador japonés Akihito, "demostrando así a sus aliados estadounidenses que esta visita no puede calificarse como cálida", escribe la agencia.
La visita de Vladímir Putin a Japón tendrá lugar entre el 15 y 16 de diciembre.
Se prevé que durante las negociaciones, el presidente ruso y el primer ministro japonés Shinzo Abe aborden cuestiones como el cambio en el régimen de visados y la actividad económica conjunta en cuatro islas Kuriles, disputadas entre las dos naciones.