Más de 2.000 agentes, según el diario The Jakarta Post, se encargan de mantener el orden en torno a la sede del tribunal en el que la acusación está representada por un equipo de 13 fiscales a los que harán frente hasta 80 defensores, muchos de los cuales han renunciado a sus honorarios.
A finales de septiembre pasado, Ahok calificó de equivocada en un acto público la interpretación de algunos teólogos del islam, de que un musulmán solo puede votar por otro musulmán, y citó un versículo del Corán que, en su opinión, demuestra lo contrario.
Un vídeo con el fragmento de su discurso fue colgado en internet, pero con subtítulos que tergiversaban las palabras del gobernador.
La publicación provocó varias protestas multitudinarias, una de las cuales derivó en los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes.
Una encuesta de SMRC realizada en noviembre demostró que el 45,2% de los indonesios consideran sacrílegas las palabras del gobernador, aunque solo el 11,5% reconocen haber entendido bien lo que dijo y menos del 13% vieron el vídeo polémico.
Ahok, que aspira a revalidar su mandato en las elecciones de 2017, es el primer gobernador cristiano de Yakarta en más de 50 años y el primer chino étnico en ese puesto.
Había sido vicegobernador y ascendió en el escalafón en 2014 después de que su antiguo jefe, Joko Widodo, fue elegido presidente.
La comunidad musulmana de Indonesia, estimada en más de 200 millones de personas, es la mayor del mundo.
