El 4 de diciembre en Italia se celebró el referéndum sobre la reforma constitucional propuesta por el primer ministro actual, Matteo Renzi. El 59,11% de los votantes rechazó las enmiendas constitucionales. Antes del referéndum el primer ministro Matteo Renzi anunció que renunciaría si su iniciativa en las urnas fracasara.
Según indica el experto, la reforma constitucional propuesta por Renzi no fue la única razón por la cual la población del país votó 'No'. La mayoría de los votantes, prosigue, quería destituir al primer ministro sin pensar en los problemas que podrían surgir.
Así, los partidos opositores intentaron cambiar el equilibrio de fuerzas dentro de la coalición antigubernamental, mientras que los ciudadanos trataron de "deshacerse de un primer ministro defraudador", o bien tenían miedo de cualquier tipo de cambio constitucional.
"Así, había un montón de razones para el 'No', pero como resultado tenemos esta tragedia política, que culmina en la destitución de Renzi", lamenta Sommosa.
Además, según el procedimiento, el presidente tendrá que iniciar consultas con los portavoces de ambas cámaras y los representantes de todas las fracciones parlamentarias con el objetivo de determinar si el nuevo Gobierno obtendrá el voto de confianza.
"Dependiendo de los resultados de estas consultas, se ofrecerá el puesto del primer ministro a Renzi o a un nuevo candidato. Si el presidente se da cuenta de que el nuevo Gobierno no obtendrá la mayoría en el Parlamento, tendrá que disolver ambas cámaras y convocar nuevas elecciones", explica.
"En otras palabras, si la votación tuviera lugar hoy, la Cámara Baja votaría según la nueva ley, mientras que el Senado según la ley antigua", continúa Mossoma.
De esta manera, explica, se utilizarían dos sistemas electorales al mismo tiempo —el mayoritario y el proporcional—. La probabilidad de que se logre la "compatibilidad de las dos cámaras y todas las ramas del poder es ilusorio", comenta el experto.
"Y el resultado será una falta de control en el país y consecuencias en forma de nuevas elecciones, pero con las mismas leyes", detalla.
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Asimismo, el experto indica que no existe la posibilidad técnica de convocar nuevos comicios antes de febrero de 2017, por lo tanto los "especuladores internacionales podrían aprovecharse de la confusión en la sociedad italiana y de la falta de poder en el país para lanzar ataques contra los bonos italianos".
"En ese caso ni siquiera la postura dura de Alemania será capaz de mantener el control sobre la situación, y el colapso de Italia acarreará el colapso del euro y, tal vez, de toda la UE", concluye.